Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1871-1872 (Cortes de 1871 a 1872)
Sesión: 12 de julio de 1871
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Respuesta al Sr. Abarzuza, al Sr. Menéndez de Luarca, Sr. Laffitte
Número y páginas del Diario de Sesiones 101, 2.613 a 2.616
Tema: Presupuestos

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (interino de Hacienda, Sagasta): El Sr. Abarzuza está influido por la impaciencia, porque ya ayer, tratándose de un artículo que no tenía nada que ver con el Banco de París, se ocupó del Banco de París, y quería que el Gobierno le acompañara en esa inoportunidad. Yo contestaré al Sr. Abarzuza cuando tratemos de ese artículo, porque cada cosa en su lugar. ¿Que tiene que ver ese artículo con la cuestión de si se ha de imponer contribución o no a la renta? Sin embargo, el Sr. Abarzuza no puede vivir sin que el Gobierno diga si piensa imponer o no a la renta el 30 por 100. Repito que cuando sea oportuno contestaré a S. S., a fin de no sacar las cosas de su verdadero lugar.

Dice el Sr. Abarzuza, refiriéndose al artículo que se discute, y es en lo único en que ha estado dentro de la cuestión, y por consiguiente del reglamento, que este artículo huele a petróleo. ¡Qué presente tiene S. S. el petróleo! (El Sr. Abarzuza: Tanto como S. S.) Como yo no; porque precisamente este artículo no tiene nada que ver con el petróleo. Lo que se consigna en él es de acuerdo con los interesados. ¿En qué, pues, hay aquí violencia ni infracción de ninguna clase? Lo que hay aquí es una gran exageración de parte de S. S. por la impaciencia que le consume. Voy a leer el artículo, porque después de oír al Sr. Abarzuza, no parece sino que el Gobierno se ha convertido en la Commune de París.

Dice así el artículo:

" Las cantidades que hayan de satisfacerse a las empresas de ferrocarriles en construcción, y que están reconocidas por leyes especiales, se satisfarán en metálico o en papel al tipo de cotización."

¿Y qué? Pues esto se ha hecho de acuerdo con las empresas de ferrocarriles, con los interesados, que además están conformes con las leyes de subvenciones, puesto que estas empresas están sometidas a ellas, y no tienen más derechos que los que ellas les dan; no dice ni más ni menos que esto, Sr. Abarzuza: no exageren S. SS. estas cuestiones, y vengan a atacar al Gobierno por infracciones y violencias donde no hay más [2.613] que respeto a las leyes, y dejen esos ataques sólo para cuando el Gobierno cometa esas infracciones y esas violencias por voluntad o por error; y entonces se puede levantar S. S. en el estado de excitación que hoy se entra, como si peligrasen los más altos intereses de la Patria, o la propiedad de este país; pues no peligra nada de eso, y los interesados, a quien S. S. defiende, están muy de acuerdo con lo que ha hecho el Gobierno y con lo que propone la ley. También ha preguntado S. S., y le voy a contestar como siempre que me pregunte lo que debe preguntarse, si no exageren S. SS. estas cuestiones, y vengan a atacar al Gobierno por infracciones y violencias donde no hay más que respeto a las leyes; ¿está ahora satisfecho S. S.? porque si no lo está le daré más tranquilidad; porque de otro modo, temo hasta por su salud.

El Sr. PRESIDENTE: El Sr. Abarzuza tiene la palabra para rectificar.

(Habla el Sr. Abarzuza.)

El Sr. PRESIDENTE: No sólo no está S.S. rectificando, si no que no se refiere nada de lo que se dice al artículo que se discute; le ruego, por tanto, que se contraiga a la cuestión.

El Sr. ABARZUZA: Desearía, Sr. Presidente, que le leyera el art. 41 del Reglamento, que trata de las rectificaciones.

(Habla el Sr. Secretario Ríos Portilla.)

El Sr. ABARZUZA: Eso estoy haciendo, explicando o deshaciendo las equivocaciones del Sr. Sagasta.

El Sr. PRESIDENTE: Pues lo que debe deshacer S.S. son las equivocaciones propias o que el Sr. Ministro le haya atribuido.

El Sr. ABARZUZA: No, Sr. Presidente; las en que ha incurrido el Sr. Ministro...

El Sr. PRESIDENTE: Pues no tiene V.S. derecho a eso, porque eso es hacer una réplica.

(Habla el Sr. Abarzuza.)

El Sr. PRESIDENTE: Todos los elogios que S.S. me ha dirigido son inmerecidos; pero saliendo de sus labios, creo que son sinceros; yo le ruego que abrevie la rectificación lo posible.

(Habla el Sr. Abarzuza.)

El Sr. PRESIDENTE: El Sr. Ministro de la Gobernación e interino de Hacienda tiene la palabra.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (interino de Hacienda, Sagasta): Yo me alegro de lo que está pasando; porque el señor Abarzuza se ha levantado a confirmar mis palabras, y el Congreso se va a persuadir que está enfermo, aunque afortunadamente no es grave, porque todo procede de la impaciencia que le consume. Pero, señor Abarzuza, ¿es esto un proyecto de conversión de deuda, o qué es? Si se está tratando de un artículo que se refiere al pago sucesivo que hay que hacer a las empresas de ferrocarriles, y para eso dice el proyecto de ley que se hará en metálico o en papel del Estado o precio de cotización, ni más ni menos, ¿qué tiene que ver esto con la conversión de la Deuda del personal, ni de otras Deudas, ni con nada de lo que S. S. ha dicho?

De consiguiente, siento que el Sr. Abarzuza no me haya entendido; debe ser sin duda porque me he explicado mal, porque S. S. tiene la inteligencia muy clara. Pero la verdad es, que no me puede entender aunque me explique con claridad, porque S. S no discute lo que estamos discutiendo, sino que se va a otra parte.

" Que ha hablado el Sr. Ministro de Hacienda anterior de las conversiones." Claro, como que habló del plan general de Hacienda; y al hablar del plan general de Hacienda, habló de conversiones. ¿Pero qué tiene que ver esto con lo que ahora discutimos? Si aquí lo único que tratamos de discutir son los recursos extraor- [2.614] dinarios que se otorgan al Gobierno para compromisos del pasado, y no nos ocupamos de los recursos ordinarios que las Cortes han de otorgar al Gobierno para los gastos corrientes.

Entonces es cuando ha de venir el plan general de Hacienda, y entonces se discutirá cómo se lea de pacer la conversión, si se han de convertir todas las Deudas, si se ha de imponer a la renta, y todas esas cuestiones que el Sr. Abarzuza ha suscitado, permítame S. S. que se lo diga, sin oportunidad y estérilmente. ¿Por qué, ni para qué? Suponga el Sr. Abarzuza que yo le digo la base con que se han de hacer esas conversiones, y contestará el Congreso: ¿y qué tenemos que ver con eso? Pues eso contesto yo al Sr. Abarzuza; yo no debo decir, ni hay para qué decir, cuál va a ser la base que va a servir al que presente el plan general de Hacienda para la conversión de la Deuda. Lo que yo digo a S. S. en este momento es que las empresas de ferrocarriles serán pagadas en metálico, o en papel del Estado a precio de cotización.

He dicho al Sr. Abarzuza antes, que en esto están conformes los interesados; y me preguntaba S. S.: ¿y cómo están conformes? Pues de una manera clara, porque por las leyes de concesión se sometieron a esto mismo; de manera que en este proyecto no se dice más que lo que se dice en las leyes de concesión de ferrocarriles.

Creo que el Sr. Abarzuza debe estar satisfecho con esto. Tenga calma, que cuando se trate del plan general de Hacienda, discutiremos aquí todas las cuestiones que ha suscitado ahora el Sr. Abarzuza. Entonces el señor Ministro de Hacienda que presente los presupuestos, verá lo que hay que hacer con la renta; si se ha de convertir o no, cómo se ha de hacer la conversión, y entonces cualquier Sr. Diputado podrá presentar una enmienda pidiendo que se imponga a la renta el 20, el 30 o el 40 por 100, y otro Sr. Diputado presentará otra enmienda sobre la conversión, y entonces, en una palabra, se discutirá todo el plan general de Hacienda.

Hoy no podemos discutir los presupuestos, con lo cual S. S. estará conforme, aunque tenga el disgusto de que esto suceda, como lo tiene el Gobierno. Pues bien; ahora tratamos solamente de los medios posibles y prácticos de proveer al Gobierno de todos los auxilios necesarios y recursos extraordinarios para pagar atenciones que ya han concluido; y entre tanto, para las venideras, vamos a estudiar el plan general de Hacienda. El Ministro que venga, supongo yo que ha de presentar los prosupuestos con la nivelación entre los gastos y los ingresos o por lo menos, poniéndose en camino de la nivelación; pues al pasar a la comisión de Presupuestos, la comisión estudiará su dictamen y buscará los medios de arreglar el presupuesto de ingresos, y de reformar el de gastos, y verá si ha de imponer a la renta y cuánto se la ha de impeler; y en fin, estudiará todo el plan general de Hacienda, y habrá así unidad, que en estas cosas la unidad es lo que más importa; vendrán después de estudiados los presupuestos por la comisión aquí a discusión, y como el Gobierno y los Sres. Diputados están poseídos de la misma idea y tienden al mismo fin, que es a la nivelación de los presupuestos, si se puede hacer en este año mejor, y si no ponerse en camino de hacer la nivelación en el año que viene o en el otro; y entonces me parece que podrán tener lugar todas las observaciones del Sr. Abarzuza y las demás que quieran hacer los Sres. Diputados; y aun las que han hecho ya pueden servir de norma al Ministro que venga. Pero en este momento sólo se trata de recursos extraordinarios para atender a obligaciones pasadas, a fin de que el crédito del Estado no quede por el suelo. Después, cuando vengan el plan general de Hacienda y los presupuestos del Estado, es cuando llega la oportunidad de discutir todo eso que ha indicado el Sr. Abarzuza.

El Sr. PRESIDENTE: El Sr. Abarzuza tiene la palabra.

(Habla el Sr. Abarzuza.)

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (interino de Hacienda, Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V.S.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (interino de Hacienda, Sagasta): El Sr. Abarzuza no tiene razón en lo que ha dicho en la primera parte de esta rectificación, o como quiera que sea, pues S. S. no conoce bien lo que son rectificaciones. Yo no he dicho que el Gobierno está completamente de acuerdo con el pensamiento del Ministro anterior, sino que el pensamiento del Gobierno está de acuerdo con la comisión; por consiguiente, aquí, donde S. S. ha visto contradicciones, no las hay; el Gobierno ha adoptado el pensamiento de la comisión. Ésta ha acordado presentar un dictamen, que es el que acepta el Gobierno. Respecto de la enmienda que hay presentada para la imposición a la renta de una contribución, lejos de ser inoportuna, es conveniente, para que lo tenga en cuenta el Ministro que ha de venir a sentarse aquí a proponer a las Cortes el plan general de Hacienda; pero lo que yo digo, es que no encaja bien en este proyecto, porque esto es para atender a obligaciones pasadas; son recursos extraordinarios con que el Gobierno va a atender a su crédito, mientras que la enmienda de los Sres. Candau, Laffitte y otros, es para atender a las obligaciones venideras, es para nivelar el presupuesto, para atender a la velación.

Pues bien: ¿qué conseguiríamos hoy, cuando los recursos que se piden hacen falta en el momento, y es [2.615] necesario sacarlos al instante para cubrir obligaciones que apremian al Gobierno; que sacaríamos, repito, con una enmienda, que no puede dar resultado, lo más pronto, hasta el próximo Enero? Pues entonces, en el mes de Enero veremos si nos conviene imponer el 20 por 100, el 80 o nada. ¿Para qué apresurarnos en lo que no hace falta por hoy? Pero es conveniente que la enmienda por lo menos se haya presentado, y se haya hablado de ella, y se haya discutido, porque eso forma la opinión y determina el pensamiento que puede animar al Gobierno y a las Cortes, para que el Ministro que venga a plantear el plan general de Hacienda, lo tenga entendido y presente.

Lo que digo es que no encajaría bien en este proyecto de ley, porque tiene otra índole distinta; esto es, para atender a cosas pasadas, y lo que los Sres. Candau y Laffite proponen es para atender a obligaciones venideras; y como no lo podemos tratar hasta dentro de seis meses, porque esto no puede dar resultado hasta ese tiempo, si se introdujera en este proyecto de ley, formaría una especie de contrasentido, porque lo que aquí se acuerde, lo debemos realizar en el momento, porque son atenciones que ahogan ya al Gobierno y al Estado. Por consiguiente, bien hecha está la enmienda de esos señores; bueno es que aquí la apoyen sus autores, si quieren; pero lo que digo es que no encaja bien en este proyecto, y la discusión servirá para que se tenga en cuenta en el día y en el momento oportuno.

El Sr. ABARZUZA: Pido la palabra para rectificar.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V.S.

(Habla el Sr. Abarzuza.)

El Sr. PRESIDENTE: Ábrese discusión sobre este artículo.

El Sr. GASET Y ARTIME: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V.S.

El Sr. GASET Y ARTIME: Suplico al Sr. Ministro de Hacienda que se sirva decirme cuáles son los recursos con que se van a pagar los intereses de las emisiones que aquí se crean.

El Sr. PRESIDENTE: El Sr. Ministro de la Gobernación e interino de Hacienda tiene la palabra.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (interino de Hacienda, Sagasta): El Gobierno queda obligado, claro está, para hacer en el presupuesto todas las economías necesarias para pagar esos intereses.

El Sr. GASET Y ARTIME: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V.S.

El Sr. GASET Y ARTIME: De manera, Sr. Ministro de Hacienda, que no se harán esas emisiones hasta que hayamos hecho las economías suficientes para pagar esos intereses.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (interino de Hacienda, Sagasta): Como los intereses a que han de dar lugar esas emisiones no han de satisfacerse antes de que el presupuesto sea aprobado, entonces quedarán cumplidas las condiciones que S. S. desea.

No habiendo ningun otro Sr. Diputado que pidiese la palabra en contra del art. 6.° (antes 7.°), y hecha la pregunta de si se aprobaba, se pidió por competente número que la votación fuera nominal. Verificada ésta, resultó aquel aprobado en la forma siguiente, por 107 votos contra 59:

" Art. 6. ° Las emisiones de Deuda que en cumplimiento de la legislación vigente hayan de hacerse en lo sucesivo, sólo se verificaría después de aprobadas por las Cortes, a las cuales, con arreglo a la Constitución, propondrá el Gobierno los recursos con que deben satisfacerse los nuevos intereses."



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